¿Te encantan los postres ligeros y fáciles de preparar? Este postre cremoso de calabaza sin horno es la elección ideal. Con una textura sedosa, un sabor delicado y un toque cítrico, combina lo mejor de la calabaza y el queso blanco sin necesidad de encender el horno. Además, es una excelente opción para disfrutar de un dulce saludable con ingredientes naturales y un proceso sencillo.
Ingredientes
Para la mezcla de calabaza:
- 500 g de calabaza
- Ralladura de 1 limón
- Zumo de 1 limón
- 2 cucharadas de miel
Para la crema de queso:
- 350 g de queso blanco
- 140 g de yogur natural
- 10 g de azúcar vainillado
- 60 g de azúcar o 2 cucharadas de miel
Gelatina de calabaza:
- 20 g de gelatina neutra
- 100 ml de agua
Gelatina para la crema:
- 20 g de gelatina neutra
- 100 ml de agua
Instrucciones paso a paso
Paso 1: Cocinar la calabaza
Pela y corta la calabaza en cubos pequeños. Colócala en una olla con un poco de agua y cocina a fuego medio hasta que esté tierna (unos 10-15 minutos). Escurre bien y deja enfriar.
Paso 2: Preparar el puré de calabaza
Tritura la calabaza cocida con un tenedor o procesador de alimentos hasta obtener un puré liso. Añade la ralladura y el zumo de limón junto con las 2 cucharadas de miel. Mezcla hasta integrar.
Paso 3: Disolver la gelatina de calabaza
Disuelve 20 g de gelatina en 100 ml de agua fría. Deja reposar 5 minutos, luego caliéntala ligeramente sin hervir, hasta que se disuelva por completo. Añade la gelatina al puré de calabaza y mezcla bien.
Paso 4: Verter la mezcla en moldes
Distribuye la mezcla de calabaza en vasos, copas o moldes individuales hasta llenar la mitad. Lleva al frigorífico durante 30 minutos o hasta que cuaje ligeramente.
Paso 5: Preparar la crema de queso
En un bol, bate el queso blanco con el yogur natural, el azúcar vainillado y el azúcar (o la miel). Mezcla hasta obtener una textura cremosa y homogénea.
Paso 6: Disolver la gelatina para la crema
Repite el proceso anterior: disuelve 20 g de gelatina en 100 ml de agua fría, deja reposar 5 minutos y calienta sin hervir hasta que esté completamente líquida. Incorpórala poco a poco a la crema de queso mientras remueves constantemente.
Paso 7: Montar el postre
Una vez que la capa de calabaza esté ligeramente firme, vierte la crema de queso sobre ella con cuidado. Alisa la superficie si es necesario.
Paso 8: Refrigerar hasta que cuaje
Lleva los moldes al frigorífico por al menos 2 horas o hasta que ambas capas estén completamente firmes.
Consejos y trucos para un postre perfecto
1. Elige una calabaza dulce y firme
Las variedades como la calabaza moscada o la hokkaido son ideales por su sabor suave y textura cremosa. Asegúrate de que esté bien cocida y sin exceso de agua.
2. Sustituye la miel si prefieres un toque diferente
Puedes usar jarabe de arce, agave o simplemente más azúcar si prefieres un sabor más neutro o adaptarlo a dietas veganas con edulcorantes naturales.
3. Textura perfecta con buena gelatina
La clave de este postre está en la correcta disolución de la gelatina. Asegúrate de calentarla bien (sin hervir) y de integrarla de forma homogénea para evitar grumos.
4. Presentación elegante y práctica
Sirve el postre en copas transparentes para lucir las capas o en moldes desmontables para una versión tipo tarta. También puedes decorar con frutos secos, ralladura de limón o un chorrito de miel antes de servir.
5. Versión vegana o sin lácteos
Sustituye el queso blanco y el yogur por alternativas vegetales (como yogur de soja o queso crema vegano) y utiliza agar-agar en lugar de gelatina para mantener una textura similar.
Este postre cremoso de calabaza sin horno es una joya gastronómica para quienes valoran la combinación entre sabor, salud y practicidad. Con ingredientes sencillos, preparación rápida y un resultado visualmente atractivo, es ideal para una comida familiar, una merienda especial o como opción saludable en tu menú diario.