El cheesecake de kiwi es una deliciosa fusión entre la textura cremosa del clásico pastel de queso y el sabor fresco y ligeramente ácido del kiwi. Este postre es ideal para quienes buscan algo original, colorido y con una presentación que deslumbre. Ya sea para una celebración especial o simplemente para consentirte, esta receta te guiará paso a paso para preparar un cheesecake perfecto, suave y con una base crujiente. Además, la cobertura de kiwi caramelizado lo convierte en una verdadera joya para los amantes de los postres frutales.
Ingredientes
la base:
- 200 g de galletas digestive
- 100 g de mantequilla sin sal, derretida
Para el relleno:
- 500 g de queso crema
- 200 ml de nata líquida para montar (mínimo 35% de materia grasa)
- 150 g de azúcar
- 3 huevos
- 2 kiwis maduros, pelados y triturados
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Para la cobertura:
- 2 kiwis maduros en rodajas finas
- 50 g de azúcar
- 1 cucharadita de jugo de limón natural
Cómo preparar un Cheesecake de Kiwi paso a paso
1. Preparar la base crujiente
Comienza precalentando el horno a 180°C con calor arriba y abajo.
Tritura las galletas digestive hasta obtener una textura arenosa. Puedes hacerlo en un procesador de alimentos o colocándolas dentro de una bolsa de plástico y aplastándolas con un rodillo. Agrega la mantequilla derretida y mezcla hasta que las galletas estén completamente humedecidas.
Vierte la mezcla de galletas en un molde desmontable de unos 22 cm de diámetro. Presiona firmemente con el dorso de una cuchara o con las manos para formar una base compacta y uniforme. Hornea durante 10 minutos. Luego, saca del horno y deja enfriar mientras preparas el relleno.
2. Elaborar el relleno cremoso
Baja la temperatura del horno a 160°C.
En un bol grande, bate el queso crema junto con el azúcar hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos. Agrega los huevos uno a uno, batiendo suavemente después de cada adición para evitar incorporar demasiado aire.
Añade la nata líquida y continúa mezclando hasta que se integre completamente. Incorpora el puré de kiwi y el extracto de vainilla, y mezcla nuevamente hasta que la masa quede suave y con un ligero tono verdoso.
Vierte esta mezcla sobre la base de galletas ya horneada. Alisa la superficie con una espátula y coloca el molde sobre una bandeja por si se derrama líquido durante el horneado.
Lleva al horno y hornea durante aproximadamente 50 minutos o hasta que el centro esté casi firme pero aún ligeramente tembloroso. Apaga el horno, entreabre la puerta y deja enfriar el pastel dentro durante al menos 1 hora. Esto evita que se agriete al enfriarse.
3. Preparar la cobertura de kiwi caramelizado
Mientras el cheesecake se enfría, prepara la cobertura.
Coloca las rodajas de kiwi, el azúcar y el jugo de limón en una sartén a fuego medio. Cocina durante 5 a 8 minutos, removiendo con suavidad, hasta que el azúcar se disuelva completamente y los kiwis se caramelicen ligeramente. Retira del fuego y deja enfriar a temperatura ambiente.
Una vez que el cheesecake esté completamente frío, decora la parte superior con la mezcla de kiwis caramelizados. Puedes colocar las rodajas de forma decorativa o simplemente esparcirlas de manera rústica.
Lleva el cheesecake al frigorífico por al menos 4 horas, aunque lo ideal es dejarlo toda la noche para que adquiera una mejor consistencia y sabor.
Consejos y trucos para un cheesecake de kiwi perfecto
Usa ingredientes a temperatura ambiente
Asegúrate de que tanto el queso crema como los huevos y la nata estén a temperatura ambiente antes de empezar. Esto permite que se mezclen mejor y evita que la masa se corte o tenga grumos.
Tritura bien el kiwi
Para que el sabor del kiwi se integre por completo en el relleno, es importante triturarlo bien. Puedes usar una batidora de mano o un procesador hasta obtener una textura suave.
No batas en exceso
Cuando añadas los huevos, evita batir demasiado. Incorporar mucho aire puede hacer que el cheesecake suba durante el horneado y luego se hunda o agriete al enfriarse.
Horneado suave y progresivo
El secreto de un buen cheesecake está en un horneado lento y suave. Una temperatura baja y constante asegura una cocción uniforme y una textura cremosa.
Enfriamiento gradual
Dejar que el cheesecake se enfríe dentro del horno con la puerta entreabierta es clave para evitar que se agriete por el cambio brusco de temperatura.
Variaciones posibles
Si deseas un sabor aún más intenso, puedes agregar una cucharadita de ralladura de lima al relleno para realzar la acidez del kiwi. También puedes combinar otros frutos tropicales como maracuyá o mango en la cobertura.
Beneficios del kiwi en los postres
El kiwi es una fruta rica en vitamina C, fibra y antioxidantes. Su sabor ácido combina perfectamente con la cremosidad de los lácteos, equilibrando el dulzor del cheesecake. Además, su color verde vibrante añade un toque visual fresco y llamativo a cualquier postre.
Incluir frutas naturales en los postres no solo mejora su presentación, sino que también aporta un toque saludable, ideal para quienes desean disfrutar sin culpa.
Conclusión
Este cheesecake de kiwi es una opción irresistible para quienes buscan innovar en la cocina con sabores frescos y presentaciones vistosas. Su preparación es sencilla, y los resultados son espectaculares. Perfecto para celebraciones, reuniones familiares o simplemente para consentirte en casa.
No dudes en experimentar con la decoración o añadir tu toque personal. El cheesecake de kiwi no solo es delicioso, también es una muestra de creatividad y sabor bien equilibrado. Prepara esta receta y sorprende a todos con un postre que mezcla lo clásico con lo exótico.